Libro donde se pone de manifiesto, más
si cabe, dos constantes en la obra de Henry James; las distintas
realidades en cuanto a costumbres y formas de vida, en las dos
orillas del atlántico (según nos dice en la buena introducción
Lale Gonzalez-Cotta: la relación entre América y
Europa que James supo analizar con minuciosidad por ser él mismo una
yuxtaposición de ambos mundos, americano por temperamento y europeo
por estilo de vida.)
y su preocupación por los entresijos de unas clases sociales
cada vez más difuminadas, de hecho en esta nouvelle aparece
una nueva figura que en cierto modo es el concepto nuclear de la
historia, la chica hecha a
sí misma. Esta
encarnada por una joven (Pandora),
de un pueblo pequeño en el interior del país, que nos la
encontramos en las fiestas de sociedad frecuentadas por la élite
social y económica; unas celebraciones que no puede acceder quien no
tuviera la distinción necesaria, hasta tal punto que rara vez
invitaban al Presidente de la Nación “Maldita
sea, solo queda un mes, seamos vulgares y divirtámonos un poco…
Invitemos al presidente.”
Bien se cuida el autor de describirnos con meticulosidad el entorno
de la dama y su familia, compuesta por los pusilánimes padres, un
hermano chillón y una hermana pequeña sin modales. Nos la muestra
como un clan sin distinción, chabacanos y sin ningún merito para
encumbrarse en un estatus social superior, haciéndonos ver que todo
lo conseguido es merito única y exclusivamente de Pandora; que a
falta de cuna de prestigio, lo que consigue se debe a su
inteligencia, virtud y buen hacer, en pos de un proposito que no nos lo descubre hasta las páginas
finales.
La historia empieza en un barco de Europa a EE.UU., es aquí donde
James nos presenta a los personajes, haciendo gala de sus magnificas
descripciones y de su gran sentido del humor. El conde Otto
Vogelstein, un diplomático alemán que llega a Washington para
trabajar en la embajada y que en un principio nada hacía prever que
se interesará ni de una manera sucinta por la dama que le aborda en
el barco, piensa, con una ridícula disculpa. En el viaje queda
constancia que el cuidado a los padres y el “gobierno” de la
familia corren a cuenta de ella, siendo muy responsable a pesar de la
temprana edad.
Una vez tomado posesión del cargo en la Embajada, y pareciendo que
se ha olvidado de ella, es cuando se la vuelve a encontrar en una
velada, en coloquio nada menos que con el mandatario de la Nación,
extrañándose de la evolución manifestada por su compañera de
travesía y dándonos a entender que ahora es él quien, no de una
manera notoria, esta interesado en saber más de la “chica hecha a
sí misma” “—Mi querido Vogelstein, ella es la fruta más
reciente y fresca de nuestra gran evolución americana. Es la chica
hecha a sí misma.”
En la ultima parte de esta pequeña novela , durante una excursión
náutica, es cuando Pandora más expone sus habilidades y su gran
destreza para desenvolverse en ese circulo “Parece
como si le costase a usted creerlo —añadió Pandora—. A ustedes
los alemanes les inspira tanto respeto la gente importante.”
y donde el escritor nos descubre un secreto que nos privó durante
toda la lectura, dejándonos sin elementos de juicio.
De los libros de Henry James leídos hasta el momento es de los que
menos me han gustado, parece que el fin único de la narración, es
darnos a entender lo que exponía en un principio, esa dicotomía
entre los dos continentes, vaciando de contenido el argumento, pero
siempre con el hilo común de la ironía, el humor y su calidad
literaria.
Me gustaría reflejar algunas fragmentos que demuestra su gran
sentido del humor:
“El conde se preguntó qué
clase de cultura se habrían traído consigo los señores Day de
Italia, Grecia y Palestina (habían pasado dos años viajando y
habían estado en todas partes), en especial cuando escuchó decir a
su hija:
—Quería que papá y mamá viesen lo mejor. Los tuve tres horas en la Acrópolis. ¡Imagino que no podrán olvidarlo!
Tal vez fuese en Fidias o en Pericles en quienes pensaban aquellos dos mientras meditaban sentados con sus mantas, reflexionó Vogelstein.”
—Quería que papá y mamá viesen lo mejor. Los tuve tres horas en la Acrópolis. ¡Imagino que no podrán olvidarlo!
Tal vez fuese en Fidias o en Pericles en quienes pensaban aquellos dos mientras meditaban sentados con sus mantas, reflexionó Vogelstein.”
“Alguna vez ha sabido usted que
alternen los padres de una popular chica vestida de rosa y con una
nariz tan peculiar?”
“Ya
se sabe que cuando el cerebro alemán se propone explicar las cosas
no siempre consigue hacerlo en términos de simplicidad”
Y aquí me vais a permitir un párrafo donde esta resumido todo,
leyéndolo detenidamente no haría falta ninguna reseña
explicativa:
“Sin
duda, Pandora solo habría sido posible en América. El modo de vida
americano le había abonado el terreno. No era disoluta, ni estaba
emancipada, no era vulgar, ni indecorosa y no había en ella, al
menos no de manera ostensible, un solo gramo de la pasta de que están
hechas las cazafortunas. Se trataba tan solo de una persona popular y
su éxito era exclusivamente personal. No había nacido con la
cuchara de plata de la oportunidad social pero había terminado por
empuñarla a fuerza de práctica honesta. Se la identificaba a través
de una serie de rasgos pero principalmente, infaliblemente, por el
aspecto de sus padres. Sus padres relataban su historia. Resultaba
evidente lo poco que sus padres podrían haber contribuido a hacer de
ella lo que era..”
Mi puntuación es de 5 sobre 10.
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