Para afrontar un libro como este, hay
que estar preparado, hay que saber de que se trata y analizar muy
bien la sinopsis, pues si te coge, como es mi caso, en una etapa de
la vida en que lo último que quería leer es algo así, el resultado
es, que no me gusto. Reconozco mi error.
La premisa principal a la hora de hacer
el comentario de lo que me ha parecido un libro, es, si me ha
entretenido, si estas deseando continuar leyendo en todo momento, y
en este caso, al contrario, me costaba Dios y ayuda retomar su
lectura, hay algunas veces que me gustaría renunciar a mi principio
de no dejar ningún libro a medias.
No sale de un bucle, se recrea en la
desgracia, no aporta ninguna trama, ni una resolución, es como si la
escritora se hubiese sentado y lo hubiera escrito de un tirón, no
digo que haya sido así, pues no le ha hecho falta hacer una labor de
investigación, documentación, informarse de una materia determinada para crearlo, sino ir reflexionando sobre un tema y a raíz de esto,
darle forma a los personajes, pues el trasfondo, el significado
último que algunos le quieren atribuir, y que es lo primordial en los libros introspectivos como este, yo no lo he percibido.
En general, los libros que han sido
galardonados con premios importantes, no me suele gustar ninguno, no
sé los criterios que tienen a la hora de otorgarlos, pero casi
siempre es así, y en este caso, aunque reconozco que esta bien
escrito y que la autora conoce bien el oficio, no ha sido una excepción.
Mi puntuación es de 3 sobre 10