miércoles, 28 de septiembre de 2016

Historia de una escalera (Buero Vallejo) (AUSTRAL)

Todos sabemos que existen libros, películas, cuadros....que van mas allá de lo que podemos observar en su interior. Nos retrotraen a un momento o a una época determinada y nos transmiten algo que no esta en la superficie, algo que nos sirve de referencia para demostrarnos que hubieron momentos diferentes a los actuales, muy duros en la mayoría de los casos y que es bueno no olvidar para no correr el riesgo de repetir.

Estamos ante una obra de teatro que cumple con creces estas connotaciones. Escrita entre el 47 y 48, se estrenó en 1949, Buero Vallejo nos quiere manifestar a través de sus paginas (guión), la sociedad en ese momento de nuestra historia en que los rescoldos de una guerra seguía constituyendo una losa difícil de vadear. Nos presenta las vivencias de una comunidad de vecinos y sus artimañas para capear las terribles dificultades de todo tipo que les sucedían a diario, mezclándose con los sentimientos de los ocupantes del descansillo, incluido esos anhelos que saben nunca podrán alcanzar.

La obra esta dividida en tres actos:

En el primero esta el detalle del cobrador de la luz, que es un fiel reflejo de lo dicho anteriormente pues nos expone claramente los aprietos a la hora de hacer frente al recibo. Nos muestra también, las parejas que se pueden formar en la vecindad y las ansias de cambio para poder salir de esa comunidad de clase baja que nos presenta.Carmina, desde mañana voy a trabajar de firme por ti. Quiero salir de esta pobreza, de este sucio ambiente. Salir y sacarte a ti. Dejar para siempre los chismorreos, las broncas entre vecinos… Acabar con la angustia del dinero escaso, de los favores que abochornan como una bofetada, de los padres que nos abruman con su torpeza y su cariño servil, irracional…”

En el segundo han pasado diez años, con sus correspondientes fallecimientos, pero transcurriendo la vida con las mismas necesidades y las mismas aspiraciones. Aquí nos detalla muy bien la figura del vividor y el maltrato que le inflige a su pareja, así como las relaciones delicadas paterno filiales, llegando al punto de no dirigirse la palabra y tener noticias solo por la hermana, ante su fingida indiferencia para saberlas¡Calla y déjame hablar! Como el café y el vino no son buenos a la vejez…, pues los fui guardando. A mí, Rosa no me importa nada. Pero si te sirve de consuelo…, puedes dárselos”. A su vez nos muestra en este acto, y creo que es lo mas importante, que las parejas de novios que se formaron en el primero no han llegado a buen puerto, el poder del dinero ha prevalecido (pone de manifiesto del egoísmo innato del ser humano) y nos encontramos a una comunidad enfrentada por rencores del pasado, que aguantándose por necesidad de la convivencia, no olvidan.

En el tercero han pasado 20 años, han muerto muchos de nuestros protagonistas y ahora son los hijos los que intervienen en la obra. Nos recrea los mismos deseos que tenían sus padres, se crean parejas similares, se van al mismo sitio a fumar a escondidas....no ha cambiado nada, continúan queriendo salir de ese estatus impuesto y como en una noria les empuja hacia el mismo lugar . Introduce en este acto unos vecinos nuevos que han venido a la comunidad y que representan otra posición (el progreso), quejándose con prepotencia de los vecinos antiguos y de los caseros Sólo necesitaría que alguno de estos vecinos antiguos se mudase, para ocupar un exterior. Después de desinfectarlo y pintarlo, podría recibir gente”.

Todo esta escrito en un lenguaje muy fluido, a veces con las vulgaridades necesarias para ponernos en situación, los personajes bien caracterizados, los detalles muy cuidados y un entorno sórdido de una España sórdida.

Esta es la composición a grandes rasgos de esta pequeña obra que como todas en aquella época tenia
que decir muchas cosas sin que apenas se notara, todas eran interpretaciones del lector pero con la certeza que había algo más que lo reflejado en sus lineas. Fueron tiempos difíciles, esta obra, tuvo y tiene mucho recorrido, yo la vi en los años setenta, plagado de juventud, de toda la emoción que suponía el peligro constante del que eramos objeto, en aquellos años que teníamos la osadía como norma en todos nuestros actos, por querer cambiar algo que se podía apreciar a todas luces era necesario, se me presenta como un período sombrío, de incomprensiones continuas, de imposiciones, de una autocracia pero no solo política si no en todas las facetas cotidianas. Al final se consiguió y gran parte de culpa la tuvieron personas como Buero Vallejo, que con su obra nos decía que no estábamos solos...

Mi puntuación es de 8,5 sobre 10.


jueves, 1 de septiembre de 2016

Ofelia Descalza (Desirée Ruiz) (HADES)

¿Conoces todos los detalles de tu pasado?... ¿Estas seguro?...

Al acabar y casi antes de cerrarlo, intento buscar un vocablo, una frase o una definición corta, de lo que me sugieren las páginas que acabo de leer. En esta ocasión lo primero que me viene, es que se trata de un libro triste...¡muy triste!, los personajes que transitan ante nosotros son de lo mas variopintos pero siempre con un halo de aflicción a sus espaldas, asistimos a un conjunto de voluntades hipotecadas por un pasado que no pueden cambiar, unos errores sin vuelta atrás que consiguen atraparlos hasta dejarlos extenuados, cada uno esta sumido en sus miserias y nos muestra unas frágiles conciencias usurpadas por el remordimiento.

Nos narra la historia de Marcela, una mujer sumida en una vida previsible y devorada por la rutina.
Y así poco a poco, fue enquistándose en ese reducto cálido y a la vez opresivo de su hogar, dejando que los años pasaran sin apenas percibirlos, sin aprehenderlos, tranquilos, civilizados, cómodos, vacíos e inútiles”. De buenas a primeras se ve envuelta en un misterio que le afecta directamente, ¡su familia!. Una familia de la que creía era conocedora de los sucesos que acontecieron y a la muerte de su hermano empieza a sospechar que le podían haber ocultado parte de su vida.

Me atrevería a catalogarlo, como una historia de perdedores...Todos se dejaron algo por el camino; una infancia, creciendo con déficit de afecto; la vida, por un equívoco que nunca le dejaría volver a la superficie; su gran amor, aún teniendo algo de él siempre a su lado; su apego a la realidad, implorando un refugio divino; y la protagonista, la libertad, al volver a un hogar, sabiendo que mas tarde o mas temprano iban a volverla a anular como persona. “El orificio de Marcela comenzó a sangrar, desbordando una pena negra y densa”.

La investigación de lo que realmente sucedió, se convierte en una válvula de escape de su monótona existencia y consigue reunir las fuerzas necesarias para romper con algo que describe muy bien la autora y que en la realidad ocurre en muchos casos; se trata de lo que significa ir moliendo diariamente la autoestima de la otra persona, utilizar la convivencia para recalcar siempre sus debilidades. Nadie lo catalogaría de malos tratos, ni físicos por supuesto, pero tampoco psicológicos, me estoy refiriendo a ese aura de superioridad mostrada en todos los quehaceres diarios que te va minando y convirtiéndote en un satélite sin voluntad propia, a esas recriminaciones sutiles y continuas que se convierten en la única conversación diaria, esos reproches de “¡Parece mentira!” “¡Pero que pelma eres!” “¡ya te lo decía yo!” “¡eso son chorradas!”.... “ A veces se pregunta si todavía continua queriendo a su mujer, pero nunca pierde el tiempo como para llegar a una conclusión”.

Es un buen libro, me ha gustado mucho, se aprecia que esta trabajado, cuidado y muy bien escrito. Tiene algunos párrafos de gran belleza, utilizando un simbolismo en las acepciones que se convierten en verdadera poesía “..en el miedo, en ese terror paralizante que inspira la muerte y que se propaga haciendo temblar las carnes. Porque para Marcela no es tanto el adiós sino el adónde. E incomprensiblemente, el que Jaime ya esté muerto le produce en el fondo una absurda tranquilidad que anestesia una pequeñisima parte del dolor que le causa su ausencia: alguien amado la espera al otro lado o, al menos, ya está allí donde ella alguna vez irá. Es un consuelo extraño pero reconfortante: un referente, un asidero en el más allá”. No tiene miedo a delimitar en exceso los perfiles y a profundizar en ellos, dándonos un espectro bastante real de las peculiaridades de los protagonistas.

Aun pensando que la parte primordial del libro es lo expresado anteriormente, esa búsqueda iniciada por la protagonista, lo convierte en un libro muy ameno, e ir descubriendo a la par los episodios, sirve para que disfrutemos una lectura ágil, entretenida y fácil de leer. Si bien no lo encasillaría como un libro de misterio; en la investigación, las pistas son muy endebles, carece de giros relevantes y el desenlace es un poco descorazonador.

Destacar el comienzo de la novela y en concreto dos zarpazos sentimentales que me causaron un gran impacto emocional, ¡no me lo esperaba! “Por eso una ninfa de nueve años, arrodillada en el embaldosado frío, fue recogiendo uno a uno los diminutos fragmentos de cristal, y los fue amontonando -tres, veinte, cincuenta y tres...” y “..con una cuchilla de afeitar que apareció como por arte de magia en su mano, rasuró las cejas de Lluvia de diez años quieta, aterrada...” en verdad que a partir de ahí no sabes lo que te puedes encontrar en las paginas siguientes, te pone un poco sobreaviso.


En definitiva libro recomendable, no es uno más, te dejará huella y sin Alma (mi personaje), veremos que tal les va con su tienda de antigüedades y que otros casos les deparara el futuro....estaremos esperando.

Mi puntuación es de 7,5 sobre 10