¿Conoces todos los detalles de tu
pasado?... ¿Estas seguro?...
Al acabar y casi antes de cerrarlo,
intento buscar un vocablo, una frase o una definición corta, de lo
que me sugieren las páginas que acabo de leer. En esta ocasión lo
primero que me viene, es que se trata de un libro triste...¡muy
triste!, los personajes que transitan ante nosotros son de lo mas
variopintos pero siempre con un halo de aflicción a sus espaldas,
asistimos a un conjunto de voluntades hipotecadas por un pasado que
no pueden cambiar, unos errores sin vuelta atrás que consiguen
atraparlos hasta dejarlos extenuados, cada uno esta sumido en sus
miserias y nos muestra unas frágiles conciencias usurpadas por el
remordimiento.
Nos narra la historia de Marcela, una
mujer sumida en una vida previsible y devorada por la rutina.
“Y así poco a poco, fue
enquistándose en ese reducto cálido y a la vez opresivo de su
hogar, dejando que los años pasaran sin apenas percibirlos, sin
aprehenderlos, tranquilos, civilizados, cómodos, vacíos e inútiles”.
De buenas a primeras se ve envuelta en un misterio que le afecta
directamente, ¡su familia!. Una familia de la que creía era
conocedora de los sucesos que acontecieron y a la muerte de su
hermano empieza a sospechar que le podían haber ocultado parte de su
vida.
Me atrevería a catalogarlo, como una
historia de perdedores...Todos se dejaron algo por el camino; una
infancia, creciendo con déficit de afecto; la vida, por un equívoco
que nunca le dejaría volver a la superficie; su gran amor, aún
teniendo algo de él siempre a su lado; su apego a la realidad, implorando un refugio divino; y la protagonista, la libertad, al volver
a un hogar, sabiendo que mas tarde o mas temprano iban a volverla a
anular como persona. “El orificio de Marcela comenzó a
sangrar, desbordando una pena negra y densa”.
La investigación de lo que realmente
sucedió, se convierte en una válvula de escape de su monótona existencia y consigue reunir las fuerzas necesarias para romper con algo que
describe muy bien la autora y que en la realidad ocurre en muchos
casos; se trata de lo que significa ir moliendo diariamente la
autoestima de la otra persona, utilizar la convivencia para recalcar
siempre sus debilidades. Nadie lo catalogaría de malos tratos, ni
físicos por supuesto, pero tampoco psicológicos, me estoy
refiriendo a ese aura de superioridad mostrada en todos los
quehaceres diarios que te va minando y convirtiéndote en un satélite
sin voluntad propia, a esas recriminaciones sutiles y continuas que
se convierten en la única conversación diaria, esos reproches de
“¡Parece mentira!” “¡Pero que pelma eres!” “¡ya te lo
decía yo!” “¡eso son chorradas!”.... “ A veces se
pregunta si todavía continua queriendo a su mujer, pero nunca pierde
el tiempo como para llegar a una conclusión”.
Es un buen libro, me ha gustado mucho,
se aprecia que esta trabajado, cuidado y muy bien escrito. Tiene
algunos párrafos de gran belleza, utilizando un simbolismo en las
acepciones que se convierten en verdadera poesía “..en el
miedo, en ese terror paralizante que inspira la muerte y que se
propaga haciendo temblar las carnes. Porque para Marcela no es tanto
el adiós sino el adónde. E incomprensiblemente, el que Jaime ya
esté muerto le produce en el fondo una absurda tranquilidad que
anestesia una pequeñisima parte del dolor que le causa su ausencia:
alguien amado la espera al otro lado o, al menos, ya está allí
donde ella alguna vez irá. Es un consuelo extraño pero
reconfortante: un referente, un asidero en el más allá”.
No tiene miedo a delimitar en exceso los perfiles y a profundizar en
ellos, dándonos un espectro bastante real de las peculiaridades de
los protagonistas.
Aun pensando que la parte primordial
del libro es lo expresado anteriormente, esa búsqueda iniciada por
la protagonista, lo convierte en un libro muy ameno, e ir
descubriendo a la par los episodios, sirve para que disfrutemos una
lectura ágil, entretenida y fácil de leer. Si bien no lo encasillaría como un libro de misterio; en la investigación, las
pistas son muy endebles, carece de giros relevantes y el desenlace es
un poco descorazonador.
Destacar el comienzo de la novela y en
concreto dos zarpazos sentimentales que me causaron un gran impacto
emocional, ¡no me lo esperaba! “Por eso una ninfa de nueve
años, arrodillada en el embaldosado frío, fue recogiendo uno a uno
los diminutos fragmentos de cristal, y los fue amontonando -tres,
veinte, cincuenta y tres...” y “..con una cuchilla
de afeitar que apareció como por arte de magia en su mano, rasuró
las cejas de Lluvia de diez años quieta, aterrada...” en
verdad que a partir de ahí no sabes lo que te puedes encontrar en
las paginas siguientes, te pone un poco sobreaviso.
En definitiva libro recomendable, no es
uno más, te dejará huella y sin Alma (mi personaje), veremos
que tal les va con su tienda de antigüedades y que otros casos les
deparara el futuro....estaremos esperando.
Mi puntuación es de 7,5 sobre 10
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