Sara Mañero nos detalla en profundidad
nuestros últimos años en Filipinas, llevándonos a un viaje donde
retornar será lo mas difícil..... Algo de nosotros se quedará allí.
Leyendo un libro como este, me pregunto
porque la historia siempre nos llega tan manipulada. Reescribir los
episodios ha sido siempre un instrumento para imponernos aliados y enemigos según su conveniencia . No es adecuado que
nuestras derrotas y la manera en que se produjeron lleguen a nuestros
días, nos movemos a golpes de vanagloria y no nos paramos a pensar
quien sale beneficiado de esta tergiversación. Se necesitan gestas
para que ese orgullo no se sienta resquebrajado, ensalzar las
grandezas olvidándose de nuestras miserias, resaltar nuestras
hazañas aunque conlleven intereses espurios, no dándose cuenta, que
cuanto mas se conozca menos tentados estaremos a repetirla. Es el
caso de Filipinas, de lo poco que conocemos y de lo mucho que nos han
ocultado.
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José Rizal, Marcelo del Pilar y Mariano Ponce (lideres del Movimiento de Propaganda) |
Muestra estos acontecimientos a través
de un niño que se traslada a Madrid, como otros tantos, a ganarse el
sustento y comenzar una nueva vida lejos de su pequeño pueblo natal.
Vamos creciendo con él, página tras página se evidencia como va
madurando, casi siempre a base de desengaños o de comprobar, que
hasta tu mejor amigo, te puede traicionar (toda la novela esperando
una venganza). Su ilusión desde siempre era atravesar los mares y
ver unos mundos que no estaban predestinados para él, había
planeado todo para que su viaje a la capital fuera un transbordo y
conseguir sus verdaderas intenciones. Por medio de un familiar
realiza sus deseos y se embarcan hacia unos territorios convulsos, en
plena revuelta armada, y a pesar de las penurias y dificultades a las
que se ve abocado, se le quedaría impregnado de tal manera en el
corazón, que su viaje de vuelta a España se convierte en una rémora
continua de la que nunca pudo escapar.
Tanto se siente identificado con
aquellas tierras, que en ocasiones advierte muy lejano todo lo que
aquí dejó; con el paso de los años, la perspectiva era distinta
“Mientras Arnaldo hablaba de su remota tierra, le pareció que
no era suya la historia que iba contando”. Y si bien el
personaje central, Arnaldo, que así se llama, nos inunda durante
todo el libro, hay que destacar a los secundarios que en este caso
son primordiales para su desarrollo. Sin el comedido y siempre
condescendiente tío Fray Ismael, su confidente Fray Joaquín, el
pérfido Pio, familia gallega, la filipina a la que considera
hermanos y padre, carpintería, Regina, Mauro....no se podría cerrar
el circulo de una novela que derrama nostalgia en unas Islas donde
él seria el invadido.
Hemos dicho que a Arnaldo se le va
definiendo con nitidez sus diferentes edades y la manera de
comportarse en cada una de ellas, pero me gustaría destacar, al niño
que vino desde el pueblo con su zurrón lleno de ilusiones “-Pero
yo no quiero sobrevivir. Me gustaría vivir. Y me da miedo no poder”.
Creo que el perfil es muy autentico, ese chico que se extrañaba por
todo, dócil, honrado, respetuoso, con ganas de comerse el mundo,
pero sabiendo que las formas y la educación, son los que te van a
abrir las puertas de un futuro a medio labrar. En la diáspora de los
años 50-60 de los pueblos a las capitales, sucedía igual, la falta
de cultura, se compensaba con la enseñanza de unos modales que se
iban transmitiendo de una generación a otra, venían con “una mano
delante y otra detrás”, pero con unas pautas grabadas que serian
su modus operandi a modo de principios.

Como en todo libro que bien se precie
hay un romance. En este caso no hace falta decir nada para
manifestarlo, esta ahí y ellos lo saben, sus silencios nos lo
expresan todo y se dejan llevar por el tiempo “Arnaldo recordaba
como Mandi le había colocado la mano sobre el pecho, sobre la
frente, sobre la boca, pero no había soplado para dispersar en el
viento su dolor.”


instruir, para mi, tienen un valor añadido. Aprecio un buen libro que en unos momentos de inspiración haya sido concebido, pero esa tarea de informarse, comprobar, contrastar... que convierte al autor en un ser solitario, incomprendido, siempre ocupado, que le obliga a ir, venir, preguntar, bibliotecas, hemerotecas...y obsesionarse con la veracidad de los testimonios; hay que darle su merito. En este caso las revelaciones son tan completas, que dudo que Aguinaldo, Rizal, Bonifacio, Tinio, Del Pilar, Tratado de París, Gomburza etc. se me olviden fácilmente.
Esta bien escrito, ágil, directo, sin
adornos; como escribí en otra ocasión, se ve que la autora conoce
el oficio y el oficio la conoce a ella. Utiliza la palabra adecuada
en cada momento, las expresiones se adecuan a la
narración, el ritmo nos lo marca ella sin ningún “torrente” que
lo descomponga, no hace uso de la “frivolidad lacrimógena” que
tan fácil sería por los sucesos que describe y sabe como
paulatinamente rociarnos con una historia absorbente y conmovedora
que no quieres que termine. “Cuando hasta el viento parecía
desear su derrota.”

Mi puntuacion es de 8 sobre 10.
LIBRO VÁLIDO PARA: JUNIO: MES DE LA NOVELA HISTÓRICA
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