lunes, 12 de diciembre de 2016

LAS HERMANAS BUNNER (Edith Wharton) (CONTRASEÑA)

Escrita en 1892 y publicada en 1916.

Los que conocen mejor que yo a esta autora, dicen que esta novela es la menos “Wharton” de todas y en verdad me preocupa, pues no sé si debido o a pesar de ello, es una de las que más me han gustado.

Es cierto que nos sitúa en un ambiente muy diferente al que estamos habituados, se aleja de una manera radical de todo el boato que hace gala en continuas ocasiones, abandona los quehaceres de las élites para bajar de una manera radical a lo mas modesto de una sociedad en la que conseguir lo básico para subsistir no siempre era un camino de rosas.

Donde se acentúa más esa diferencia, no es tanto en lo reflejado anteriormente, como en la forma de afrontar las situaciones y los diálogos atenuados de esa sagacidad y mordiente acostumbrados. El sarcasmo, en esta novela se convierte, como si de otra escritora se tratara, en una continua comprensión y aceptación en lo referente a nuestras protagonistas. Muy plano, no hay doble intención en sus coloquios, la causticidad la relega a una aquiescencia exagerada, le falta esa chispa critica tan inteligente que inunda de controvertidas situaciones otros relatos.

Asimismo no deja nada a la interpretación del lector, nos lo entrega “masticado”, privándonos de esas cavilaciones no siempre acertadas, y que decir de esos finales abiertos tan frecuentes y que tanto detesto.

Así pues, reconociendo esto y a pesar de ello, creo que se trata de un relato muy bien hilvanado, que lo desarrolla de una manera magistral, te conmueve desde la primera página, te metes de lleno en la historia, justificas la abnegación de la hermana mayor, y aunque pueda ser previsible el resultado, nadie se imagina en que condiciones se presenta Eso parece —repuso plácidamente su pretendiente—. Usted me viene como anillo al dedo, señorita Bunner. Esa es la verrdad.”

Al comienzo nos emplaza en un barrio de Nueva York donde la la limpieza deja mucho que desear y el abandono campa a sus anchas. Nos encontramos una mercería que son el sustento y la residencia de las Ann Eliza y Evelina, viviendo en condiciones no muy agradables obtenían lo suficiente para vivir sin pasar necesidades. El diferente carácter de las hermanas y y la aparición de un vecino nuevo, será lo que desató los acontecimientos venideros Sus labios esbozaron una sonrisa que dejó al descubierto una dentadura amarillenta a la que le faltaba un par de piezas; sin embargo, a pesar de esa revelación, Ann Eliza juzgó muy agradable esa sonrisa”.

Destacar un recurso muy recurrente en Wharton, el sacrificio. Renunciar a supuesta felicidad en beneficio de otra persona (en este caso su hermana), a sabiendas que el futuro no era muy prometedor y lo mas triste, que fue en vano Lo peor de todo eran las comidas en soledad, en las que seguía apartando distraída el mayor pedazo de bizcocho para Evelina”.

A destacar la aparición de un reloj que se puede entender como un elemento cargado de simbolismo, mostrando (entiendo) con precisión como se iba consumiendo una vida en dependencia directa de otra o simplemente como se iba acercando ese final que el destino las tenia reservadas. Su aparición fue lo que desencadenó la desgracia en “nuestra” tiendaEvelina bajó la mirada mientras él leía. Fue una velada muy hermosa, y Ann Eliza pensó después que su vida podría haber sido muy distinta junto a un hombre que leyera poesía, como el señor Ramy”.

De una manera o de otra, lo que en todo momento esta de manifiesto es su calidad, esa prosa tan bien encadenada que hace que la atención no decaiga en ningún momento. Por lo tanto se trata de un libro muy aconsejable, que con un estilo propio o ajeno, siempre nos hará disfrutar.


Mi puntuación es de 8 sobre 10.

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