Si alguien piensa que leer a un prodigio de la literatura del siglo XX como Stefan Zweig es tedioso, le invito que descubra este libro para que se de cuenta de su error.
Hay escritores que cuando lees una obra
suya, y aunque te haya gustado mucho, no vuelves a acordarte sino
para hacer un comentario y poco mas, en este caso es todo lo
contrario, pues una cualidad indiscutible de Zweig, es atraparte con
la manera que tiene de diseccionar la personalidad de sus
protagonistas, no se limita a narrar la acción, sino que, antes de
llevarla a cabo, nos hace un análisis pormenorizado de sus recelos,
sus pasiones, sus miedos, sus anhelos y como su comportamiento, en
algunas ocasiones, no se adecua a la razón, influido
por el condicionante del momento o simplemente por la cobardía.
También hay libros que los exprimimos,
intentamos extraer de ellos algo que se nos escapa entre lineas y
resulta que no hay nada, el escritor quiso contar esa historia sin
mas, en cambio en el que nos ocupa, es imprescindible detenerse y
escudriñarlo, esta cargado de descripciones y
mensajes, principalmente sobre las reflexiones e incertidumbres que
nos acontecen y como las afrontamos en nuestro día a día.
Nos pone de manifiesto, motivado por la
triste historia que nos narra; la compasión, ese sentimiento
que a menudo nos hace reaccionar de manera contraria a lo que nuestro
juicio nos dicta, el que guía nuestros actos con un paternalismo
fingido, que además de ayudar a la persona en cuestión, nos sirve
para lavar nuestra conciencia.
El argumento trata de una chica
impedida que no soporta su desgracia y todo gira a los cambios de
humor, sus caprichos y en definitiva hacer la vida imposible a los
que están a su alrededor, que dicho sea de paso, se lo perdonan
todo.
Si bien, como he dicho, este libro esta
basado en la compasión, hay otra cualidad que esta igual de
presente, o puede que mas; el exponernos a quedar en evidencia
delante de las personas que nos rodean, en este
caso es un militar y le importa tanto la opinión o las burlas de sus
compañeros, su familia, el buen nombre de su apellido, dejar a su
escuadrón sin mácula, que todas sus actuaciones se desenvuelven, aun
sin declararlo de una manera explicita, en el miedo a lo que piensen
los demás, el enjuiciamiento de su entorno y a
consecuencia de ello se desencadenan los sucesos que acontecen en el
final del relato.
Para terminar, que nadie piense después de este comentario con tantas connotaciones psicológicas, que el libro, uno de sus últimos (lo escribió tres años antes de suicidarse junto a su esposa), es aburrido, ni mucho menos, lo recomiendo encarecidamente, por todo lo dicho anteriormente y si no quieres entrar en detalles de ese tipo, para pasar unos momentos maravillosos y disfrutar de su pericia como escritor.
Mi puntuación es de 8 sobre 10.
Mi puntuación es de 8 sobre 10.
Quiero subrayar este párrafo, a
colación de lo descrito anteriormente:
"La resistencia de un individuo frente a un organismo exige siempre mucho más valor que el simple dejarse arrastrar, es decir, valor individual, y esta especie está en vías de extinción en nuestra época de organización y mecanización crecientes. Yo he encontrado en la guerra casi exclusivamente el fenómeno del coraje de las masas, del valor de los que están en formación militar, y si alguien observa con lupa este concepto, descubrirá unos componentes muy peculiares: mucha vanidad, mucha ligereza e incluso aburrimiento, pero sobre todo mucho miedo… Sí, miedo de quedarse atrás, miedo de ser blanco de burlas, miedo de actuar solo y, sobre todo, de oponerse al entusiasmo de masa de los demás; la mayoría de los que pasaron por los más audaces en el campo de batalla, los he conocido después personalmente en la vida civil como héroes muy dudosos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario