Relato épico de un Premio Nobel que
con sus aventuras nos hace revivir una parte de la historia, no por
lejana menos interesante. Gran libro...
Se podría decir que estamos ante un
libro de aventuras, fluido, muy ameno, fácil de leer, y a pesar de
todos los nombres y regiones que aparecen, sin ninguna dificultad en
su comprensión. He tenido la sensación que estaba ante uno de
aquellos relatos infantiles en que la princesa era raptada y con
arrojo se apresuraban a rescatarla los héroes, a los que llamábamos
“los buenos”. Pues bien es algo parecido, nos lleva de viaje de
un sitio a otro (la mayoría con unos nombres muy bonitos), viviendo
sus andanzas, pero siempre con el cometido de no decaer el interés
y la intriga que nos depara en cada una de sus páginas.
Nos narra la contienda que tuvo lugar
en el siglo XVII por hacerse con el poder en los dominios de lo que
hoy conocemos por Centro Europa, Rusia, Hungría, Ucrania, Crimea,
etc (casi un millon de kilómetros cuadrados), tierras de inmensas
llanuras atravesadas por dos gigantescos ríos, el Dnieper y el
Dniester. Se trató de una sublevación contra el poder de la
Republica ostentado por los Polacos y Lituanos con sede en Varsovia.
Nos detalla una cantidad ingente de ejercitos (zaporogo, cosacos,
tártaros, turcos, prusianos, suecos, branderburgueses...),
nacionalidades y provincias que se levantaron, describiéndonos las
batallas con todo lujo de detalles y en ocasiones con gran crudeza “
El caudillo rebelde mandaba una masa formidable de pueblo,
recogido en el Don, en el Danubio, y con ella el kan al frente de sus
hordas de Crimea, de Vialogro, de Nobay y de Dobrutcha (…) para
seguir los pendones de los circasianos, valacos, turcos, rumelios y
aun búlgaros y serbios”
No obstante he empezado diciendo que me
parecía más un libro de aventuras, que histórico, pues la
inclinación personal del escritor hacia uno de los bandos es tan diáfana, que nos hacer ver esta revolución como unos desarrapados
levantados en armas, sin mas justificación que las luchas personales
de sus lideres, olvidándose que lo que pretendían era adquirir unos
derechos que le habían sido privados por la nobleza. No conozco los
detalles en profundidad, y es posible que yo tampoco este en lo
cierto, pero la apología hacia los Polacos es tan sangrante que me
hace desconfiar de la realidad de los acontecimientos, aunque por
nuestros ojos vamos a ver desfilar algunos nombres como Vladislao
IV, Juan II Casimiro, Rakoczi II y Carlos X, que no son ficción.
El protagonista es un coronel del
ejercito polaco, Juan Kresuski, que con sus tres amigos (Podbipieta,
Zagloba y Volodiovski) y las misiones que le son encomendadas, tienen
que encontrar un hueco para salvar a la princesa, (la novia de
nuestro héroe) que es retenida por un malvado que también esta
enamorado de ella.....os suena verdad. Toda la ferocidad que muestra
cuando esta al mando de los ejércitos, se convierte en fragilidad
cuando se trata de su amada “Sí, es la primera vez que os
veo; pero al conoceros me he olvidado de mí mismo y advierto ahora
que, siendo un soldado libre, me he convertido en un prisionero. Se
ve que tal era la voluntad de Dios. El amor es como un dardo que
atraviesa el corazón de improviso, y yo siento la herida, a pesar de
que ayer me hubiera burlado de quien me lo predijera”.
Quisiera hacer mención, que se
escribió en 1884 y se nota. Al leerlo tenemos que tenerlo en cuenta.
Si bien parte del motivo de la guerra fue algo tan actual como el
conflicto religioso (los tártaros eran musulmanes), sí que nos
resulta lejano esas declaraciones de dignidad, honor, lealtad, fe,
honra y sobre todo un fervor religioso desmesurado, que es el que les
empuja a no dejar las armas hasta que el Santísimo este a salvo de
sus enemigos.
Destacar también, aunque parezca raro
en medio de toda esta vorágine de sables, cabezas cortadas, cuerpos
mutilados.., su gran sentido de humor. Tenemos al gran Zagloba,
borrachin y pendenciero, que nos deleita con sus sarcasmos y consigue
arrancarnos una sonrisa en no pocas ocasiones; convirtiéndose a la
larga en parte nuclear de la historia “Acordaos, sobre todo,
de que sois muda. Si os preguntan, contestad siempre: «¡Hum! ¡Hum!
¡Hum!». Os he dicho que me llaméis Onofre, pero ahora caigo en que
los mudos no hablan; tranquilizaos, hablaré yo por los dos”
Me gustaría detallar aquí algunas
palabras “descubiertas” en este libro que me han llamado la atención y me resultan curiosas y por que no agradables: El ejercito
Zaporogo, El Estarosta, Atamán, El Castellano (un cargo),
Protonotario, Ejercito Valaco, Jenízaros, Cosacos, Tártaros,
Dragones, Húsares, Palatino, La Dieta, Rutenos, los Loboda, los
Klasko, los Valevaiko, los Pavluk, los régulos de Ucrania…..
En definitiva, un libro con el que
vamos a pasar muy buenos momentos, los peligros y romances de
nuestros protagonistas los vamos a vivir junto a ellos y entre todos
intentaremos liberar a la princesa del villano Bohun..
Mi puntuación es de 7 sobre 10.
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