Buena novela, pero con un baile de
fechas tan intenso, que estás mas pendiente de averiguar a quien se
refiere el siguiente capitulo, según la época que se trate, que a
la narración en sí.
Con este libro hay que tener paciencia, y de eso adolecemos muchos lectores. En primer lugar
porque la narración es lenta e inconexa hasta casi la mitad de la
novela y en segundo, por lo dicho anteriormente, nos vuelve locos
mandándonos de un periodo a otro a lo largo de todo el relato.
Con estas características y habiendo
tenido la fuerza de voluntad de continuar pese a estas “adversidades”
nos encontramos una historia interesante, quizás con mas detalles
sobre los ascendientes de los que son necesarios, pero que nos
descubren las vicisitudes de una saga familiar con una maldición a
sus espaldas y nos muestra con bastante fidelidad las penurias de
unos años en los que las clases sociales y los buenos modales
estaban muy arraigados, el cambio de los pueblos por la ciudad en
busca de una vida mejor era palpable y donde todo signo de modernidad
era rechazada en algunos sectores de la población, como es el caso
de la incipiente llegada del cinematógrafo.
Me intereso mucho el mundo de los
tintes de la ropa en aquella época, no tenia ni idea de ello y hay
que agradecer a la autora que se haya documentado tan bien para poder
transmitírnoslo con todo lujo de detalles, incluso “interviniendo”
en el libro el descubridor de algún color.
Por consiguiente, en mi opinión, una
novela con altibajos, que esta bien escrita, el poco humor que tiene
es inteligente, describe bien a la burguesía catalana y al final,
creo que es lo mejor que se puede decir de un libro, da pena
terminarlo.
Mi puntuación es de 6 sobre 10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario