Quien se convierte en propietario de nuestros recuerdos
cuando son contados?
Las personas mayores,
a veces nos irradian cariño, lástima, compasión, hastío…sin pararnos a pensar
que detrás de todos esos años, hay un camino recorrido, y en ocasiones, dista
mucho del que imaginamos. No nos planteamos en nuestros deseos de conocer o
sentir historias apasionantes, que las tenemos muy cerca de nosotros.
Este es el comienzo. Una abuela de
noventa y cinco años, le cuenta a su confusa nieta, los pormenores de una vida muy
agitada en lo personal, y en los sucesos sociales y políticos acaecidos … guerras incluidas.
Debo empezar diciendo que el libro me ha encantado. ¡El
calor de la historia es único!. Es difícil encontrar eso con unos saltos en la
secuencia cronológica y en los continuos cambios de persona narrativa, pero en
este caso, es tanto la identificación del lector con Elvira, que sin darnos
cuenta, nos adentramos en su mundo como participes activos de sus anhelos y
desdichas, así como una complicidad, que nos lleva a quererla y apoyarla con vehemencia en todas sus acciones.
La autora, apoyándose en la figura de la abuela, nos lleva
de un lado para otro de forma premeditada, y en mi caso, conociendo otros
libros de ella –
El Sueño del árbol-, me deje arrastrar sin ambages, sabiendo,
que me iba a adentrar
en un mundo de
sensaciones fascinantes, una documentación fuera de serie y una complicidad con
los personajes tan intima, que nos costará mucho separarnos de ellos una vez
terminado.
Me agrada que la contienda en la que encasillamos a Elvira, como
una mujer que abrió el camino a otras muchas, que se rebeló contra lo
establecido de la época…no haya sido de una manera panfletaria y
revolucionaria, si no a través de las circunstancias que le fueron
sobreviniendo, y a fuerza de salvar obstáculos en su vida cotidiana. Ella no
quería ser la primera en nada, ni servir de bandera en una sociedad injusta,
simplemente se abrió paso “a codazos” porque fue arrastrada a una subsistencia
que no te permitía ninguna debilidad.
Rodeada de hombres, en un lugar que ni mucho menos era el
suyo, realizando una profesión como reportera de guerra que estaba vedada, o
por lo menos no bien vista para las mujeres… la vemos desenvolverse
con una
dignidad admirable;
sabiendo asumir su
papel a pesar de los condicionantes
sociales en su contra, y que el motivo que la lleva allí es presenciar
muerte y destrucción. Solo su ansia para que
esas imágenes lleguen a cuanta más gente mejor, la hacen continuar
siento
testigo de tanta barbarie.
Por cierto, si eres amante de la fotografía y quieres
conocer los pormenores de sus comienzos, este libro es muy ilustrativo; me
atrevería a decir que imprescindible.
En la estructura del relato están bien diferenciados los
escenarios en los que se va desarrollando. Pienso en una obra de teatro, donde
según transcurra la acción, el decorado del fondo debe ir variando. Pues bien,
como vamos creciendo a medida que lo hace ella, compartimos esos marcos diferenciados, empezando por su pueblo, Madrid, Melilla, Marruecos, de nuevo
Madrid, Elorrio, Pais Vasco….etc.
Aunque se prodiga en explicaciones debido al gran
conocimiento de lo que nos enumera, lo hace de una manera directa, sin adornos,
por lo que su lectura es cómoda y agradable. El rigor histórico nunca se pone
en duda, al darnos cuenta de su dominio sobre el tema y que se lo ha
“masticado” antes de sacarlo a la luz. De esta manera, sabemos que podemos
confiar en ella y hacernos una idea muy fidedigna de los acontecimientos.
Los datos fríos de unas consultas bibliográficas, nos lo
envuelve de tal manera, que casi nos metemos dentro de la escena. Así por
ejemplo, el pueblo de donde era originaria Elvira, nos lo imaginamos por la
descripción; pero nos vamos impregnando de su entorno.
Su vida austera como
hija de Guardia Civil, murmuraciones de vecinos, férrea disciplina del padre,
indiferencia por razones de género, sentirse desplazada en su propia familia,
alejarse de sus seres queridos, etc., la vivimos como algo propio, y salvando
épocas y lugares,
más de uno se sentirá identificado.
Destacaría de los episodios que nos cuenta, una guerra de la
que sabemos muy poco y que se nos expone de forma despiadada. Nos hacernos una
idea de lo que fue realmente, y en algunas ocasiones, del dudoso comportamiento
que hicimos gala; así como detalles de
un heroísmo infructuoso a la larga. Las expresiones: El desastre de
Annual, Guerra del Rif, Barranco del
lobo…no por muy oídas, más comprendidas; toman cuerpo para ayudarnos a entender porque
siempre estaban en boca de nuestros abuelos, y si me apuran…porque en nuestros
libros de Historia, pasaba de soslayo.
Otro fuerte de esta escritora… es el perfil tan marcado y
necesario de los componentes del relato. Ninguno de ellos es una mera comparsa
de un conjunto; cada uno ocupa un espacio muy determinado. Ellos hacen la
historia y se les otorga el protagonismo en su justa medida. Destacar la
relación del Guardia Civil (compañero de su padre) y el pastor, una aflicción
con sentimientos encontrados, que te tocara tu lado más sensible. Por no hablar
de la aparición de la “otra” Elvira.
Apuntar en el debe, un problema de forma y no de fondo, pues
no estaba en formato EPUB. Tuve que leerlo en PDF con lo que me suponía, cada
vez que pasaba página, redimensionar los márgenes del lector. Se me escapa la
razón de esto, pero creo que en futuro se debería solucionar esta incomoda
contrariedad. Se puede leer en papel sin problema.
Es una novela para degustarla. Hay que leerla con la pausa y
el deleite que se siente cuando estas disfrutando. La narración se nos ofrece
en sus dosis adecuadas para mantenernos deseosos de continuar. Es inevitable
tener la sensación al pasar cada hoja, que se te están alejando unos cómplices
que desearías fueran perpetuos.
La guerra de Africa en toda su extensión, la guerra
civil; personajes como Baroja,
Valle-Inclan, Azorin, Gomez de la Serna, Unamuno, las figuras políticas del momento, su añorado hermano
Alfonso, el señorito Gonzalo, su severo Padre, la abnegada Madre, la nunca
pagada Pilar, el cómplice Gervasio, el retraído Marcial, el incondicional
Juantxo, su Mateo…van a desfilar ante nuestros ojos y nos ayudaran a comprender
un periodo muy duro, donde la única luz,
nos la pone la cámara de
Elvira.
¡Chissssss!... ¡dejemos que descanse! ya nos ha hablado bastante sobre una historia
plena de amor y muerte; donde las miserias se ponen tan de manifiesto, que
seguro que Ines y todos nosotros, después de leer este libro, aprenderemos a
valorar lo verdaderamente importante sabiendo lo que les toco vivir a nuestros
antepasados.
¡Elvira esta cansada…..no la despertemos más!
¿Quien se convierte en propietario de nuestros recuerdos
cuando son contados?
Mi puntuación es de 9 sobre 10