lunes, 4 de julio de 2016

Bajo el cielo de los celtas (José Vicente Alfaro)

Un nuevo tiempo al que viajar y una nueva cultura por descubrir

Una vez empezado a leerlo y según avanzaba, esperaba encontrarme únicamente con la clásica historia de amor de tres personas, incluida claro esta, la no correspondida. Y en ese sentido, si que me ha supuesto una sorpresa agradable, pues en un momento dado abre varios frentes (asesinato, destierro, comienzos de la utilización del hierro, alianza para una guerra inmediata....) en los que te envuelve y consigue captar tu atención para ver como se van desarrollando cada uno de ellos.

Si a todo lo anterior unimos el trabajo de documentación de la época que nos esta describiendo, la información que nos transfiere de una civilización que por muy renombrada, no teníamos un conocimiento fidedigno de sus costumbres (al menos yo), sus tradiciones, sus convicciones sobrenaturales y sus habilidades para la sanación, tenemos en conjunto un libro entretenido y fácil de leer. "Los celtas acostumbraban a decapitar a sus enemigos más afamados, porque creían que de esa manera adquirían parte de su inteligencia, su fuerza y su poder. Después las cabezas eran embalsamadas con aceite de cedro y pasaban a ocupar un lugar de honor entre las paredes de sus viviendas."

El punto de partida es un niño y su deseo a toda costa de instruirse como Druida, desoyendo los consejos de su padre, que quería que continuara su trabajo en la forja. Así es como nos introduce en el organigrama de la convivencia de los celtas noricos y en unas usanzas que siempre giraban en torno a la naturaleza como su máxima aliada. "Lo único que Teyrnon lamentaba era no haber sido capaz de transmitir a sus hijos la pasión que él mismo sentía por el oficio."

Destacar la figura del Druida. Nos lo presenta como consejero espiritual, sanador y debido a su gran sabiduría, asesor del Rey. Eran personas que sin tener mandato especifico en la escala jerárquica tan fuertemente arraigada, se prestaban a socorrer y a procurar su juicio en los momentos que auguraban algún peligro para la tribu. Esa percepción exclusiva que desarrollaban, les permitía vaticinar los presagios, constituyéndose en el eje de la tolerancia y la relación de sus habitantes. "El saúco, por ejemplo, servirá perfectamente para ilustrar lo que digo. Su flor, recogida en primavera y servida en infusión, actúa contra las fiebres infantiles y los dolores de cabeza. Su corteza, recogida en otoño y hervida, es diurética y anticatarral. Y sus bayas, recolectadas en verano, poseen cualidades purgativas."


En la parte negativa. Entiendo que, como he dicho antes, al abrir tantos frentes la historia se enriquece, pero el desarrollo de las distintas tramas se tiene que exponer en su justa proporción. Pues bien, aquí parece que le hubieran dado una orden al autor, que el libro tenia que terminar en pocas páginas, nos encontramos con unos desenlaces que ademas de muy predecibles y muy blandos en su consistencia, los deja zanjado de una manera, entiendo yo, muy precipitada. 

Esta bien escrito, pero creo que nos lo proporciona demasiado “masticado”. Nos reitera los conceptos en demasía, y si esto esta bien cuando no lees el libro de una manera continuada para que no se te escapen algunas situaciones anteriores, resulta lo contrario si como vulgarmente se suele decir, “te lo lees del tirón”.

Libro ameno, recomendable, interesante las nociones de una civilización guerrera y una historia de amor que estará bendecida por los dioses....

Mi puntuación es de 6 sobre 10.